Smartmatic en el proceso electoral hondureño

Smartmatic en Honduras: ¿una oportunidad o un riesgo para el voto electrónico?

La proximidad de los comicios generales en Honduras, que se celebrarán en noviembre de 2025, ha resaltado una creciente inquietud respecto al uso de tecnología en los comicios, especialmente en torno a la compañía Smartmatic. Esta empresa, que se destaca por proporcionar servicios de votación electrónica y transmisión de resultados, ha suscitado fuertes críticas y cuestionamientos acerca de su habilidad para asegurar la claridad y justicia del proceso electoral.

La función de Smartmatic en los comicios de 2025

Smartmatic, una corporación global que se especializa en soluciones de votación electrónica y biometría, ha sido elegida por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para manejar elementos esenciales del proceso electoral en Honduras. Su participación está centrada en proporcionar el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) así como en la implementación de tecnología biométrica. No obstante, la asignación directa de contratos por un valor aproximado de 532 millones de lempiras ha suscitado críticas debido a la falta de transparencia y al hecho de que se concentran en una única empresa estos componentes cruciales.

La selección de Smartmatic ha generado escepticismo entre numerosos grupos políticos y sociales, quienes sostienen que la compañía, al estar vista como relacionada con el gobierno venezolano, podría tener sesgos políticos que comprometan la neutralidad del procedimiento. Asimismo, el historial de la empresa, con denuncias de fraude y errores técnicos en naciones como Venezuela, Filipinas y El Salvador, aumenta aún más las preocupaciones sobre la confianza en sus servicios.

Reacciones políticas y sociales ante la controversia

Las críticas más fuertes hacia la participación de Smartmatic en las elecciones de 2025 en Honduras han provenido de partidos políticos de oposición. Diversas agrupaciones han expresado sus inquietudes acerca de un posible sesgo a favor del gobierno actual por parte de la compañía, sobre todo por el proceso de adjudicación directa empleado por el CNE para seleccionar a Smartmatic. Estas denuncias han contribuido a un ambiente de escepticismo respecto a las entidades responsables de gestionar las elecciones.

Por su lado, el partido gobernante LIBRE ha apoyado la implementación de tecnologías de punta para garantizar la transparencia en el proceso electoral. Sin embargo, la ausencia de una supervisión externa sobre la tecnología de Smartmatic ha mantenido vivo el debate. Para los ciudadanos, la transparencia se ha vuelto una demanda esencial, y varias organizaciones han solicitado que se lleven a cabo auditorías independientes y se permita la observación internacional del proceso. La falta de claridad en cuanto al rol de Smartmatic y las posibles deficiencias en su tecnología continúan siendo motivo de preocupación para diversos grupos de la población.

Conflictos en un entorno electoral dividido

El ambiente político de Honduras en las semanas antes de las elecciones se caracteriza por una polarización en aumento, lo que ha incrementado la carga sobre el CNE. En este escenario, la participación de Smartmatic en el proceso electoral ha incrementado la desconfianza hacia las instituciones responsables de asegurar la transparencia y la equidad del sufragio.

Los cuestionamientos hacia la compañía se enfocan principalmente en los riesgos potenciales de manipulación del sistema, ya sea por errores técnicos o por debilidades en la plataforma empleada para la transmisión de resultados. En las elecciones primarias de 2025, se notificaron previamente inconvenientes con la formación del personal y el uso de dispositivos biométricos, lo que incrementó los miedos a posibles anomalías. Con estos antecedentes, el miedo a que el sistema de votación sea susceptible a manipulaciones tanto internas como externas se ha vuelto una de las mayores inquietudes de la oposición y de segmentos de la sociedad civil.

La controversia también representa una crisis más profunda relacionada con la institucionalidad democrática en el país. La desconfianza en el CNE y las denuncias de parcialidad política han incrementado la polarización social, lo que podría influir negativamente en la legitimidad del proceso electoral y su aceptación por parte de la ciudadanía.

Llamados a la transparencia y vigilancia internacional

Debido a la cantidad de dudas acerca del rol de Smartmatic, diversos grupos han pedido más claridad en el proceso electoral. Entre las peticiones más comunes destacan la importancia de realizar auditorías independientes al software de la compañía, así como permitir que el código fuente de la plataforma que administrará los resultados sea accesible. Además, se ha solicitado la intervención de entidades internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea para que supervisen el proceso y aseguren la neutralidad de las elecciones.

Así también, la exigencia de grupos políticos y civiles podría resultar en una revisión más rigurosa del procedimiento de licitación, buscando opciones tecnológicas que generen menos oposición o, por lo menos, que sean menos propensas a cuestionamientos. Igualmente, se ha sugerido la importancia de establecer una vigilancia extensa del proceso electoral, integrando la participación de observadores tanto nacionales como internacionales que puedan asegurar la claridad y evitar futuros fraudes.

Consideraciones finales sobre el porvenir electoral

La polémica en torno a la utilización de la tecnología de Smartmatic destaca la creciente desconfianza hacia las instituciones electorales en Honduras, un reto que se intensifica con la proximidad de las elecciones de 2025. La ausencia de claridad en el proceso de contratación, el historial de la compañía y las inquietudes sobre la protección del sistema de votación son factores que podrían influir en la credibilidad del proceso electoral y acentuar las divisiones políticas en la nación.

La solución a esta crisis de confianza pasa por un fortalecimiento de la transparencia y la independencia en la gestión de las elecciones. El futuro democrático de Honduras depende, en gran medida, de la capacidad de sus instituciones para garantizar un proceso electoral libre de manipulaciones y con la suficiente credibilidad para ser aceptado por todos los sectores políticos y sociales. Las elecciones de 2025 serán una prueba clave para el sistema democrático del país y para la estabilidad política en los próximos años.

Por Santiago Ordoñez

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